Para ele Rosales ganhou de "lavada" mas fez um acordo com Chàvez. Alguém aí pensou no nosso Chu-chu? Sim! Exatamente como Alckmin aqui no Brasil.
Leiam!!!
Noticias24 :: Actualidad » ¿Y Peña Esclusa que piensa de todo esto?
Alejandro Peña Esclusa, conocido activista político venezolano y autor de varios libros, entre ellos el famoso “350″, no comparte la visión electoral ofrecida por los factores en juego (CNE, Chávez, Rosales).
En un artículo titulado “Motivos del Pacto” dice que el ganador de las elecciones fue Rosales y, a partir de ahí, hubo un pacto.Es evidente que Rosales ganó por avalancha. Eso no
tiene discusión. Basta comparar las concentraciones opositoras –masivas
y espontáneas– con las del oficialismo –pagadas y llenas de autobuses.La pregunta es ¿Por qué Rosales aceptó la derrota, sabiéndose ganador?
Por un lado, el oficialismo amenazó a Rosales
con masacrar al pueblo y destruir las instalaciones petroleras si no
acataba sumisamente la derrota; pero por el otro, proclamar el fraude
hubiese provocado –luego de una severa crisis política– una
intervención de las Fuerzas Armadas, como bien lo anticipó el
periodista Rafael Poleo.La oposición venezolana está conformada casi toda por izquierdistas “moderados”
–como Teodoro Petkoff– que, aunque disienten del estilo radical del
Régimen, se oponen aún más a una intervención militar de “derecha”. Por
eso, prefieren mantener a un Chávez ilegítimo en el poder –con quien
pueden negociar y compartir el poder, bajo ciertos criterios
socialistas– antes que darle paso a un gobierno militar.El filósofo brasileño Olavo de Carvalho, denunció que lo mismo ocurre en su país.
El candidato opositor a Lula, Geraldo Alckmin, deliberadamente ocultó
los vínculos que mantiene el Partido de los Trabadores (PT) con la
industria del secuestro y el narcotráfico a través del Foro de Sao
Paulo, porque el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) comparte con
el PT su odio por las Fuerzas Armadas. Alckimin no quiso golpear duro a
Lula para no revelar secretos que habrían agitado el ambiente militar.
Prefirió una derrota negociada antes que abrirle la puerta a un
gobierno de derecha.Ese mismo diagnóstico se aplica a toda Iberoamérica. La
mayoría de los partidos políticos nacieron con el fin de combatir las
dictaduras militares de los años sesenta. Por sus prejuicios y por su
formación marxista, lo que más temen estos partidos es a una
intervención militar.Pero en ciertos casos, sólo una actuación militar es capaz de derrocar un tirano y restablecer la democracia.
En el año 1958, las Fuerzas Armadas venezolanas intervinieron, no para
dar un golpe, sino para deponer a un dictador que no permitía una
salida electoral. Esa actuación dio origen a una democracia que, con
todos sus defectos, fue una de las más duraderas del continente.Sin embargo, los socialistas “moderados” no piensan igual.
Con tal de cerrarle el paso al “fantasma de la derecha”, prefirieron
dejar a Chávez seis años más en el poder, para que exporte a toda
América la Revolución cubana, acabe con la propiedad privada, termine
de destruir las instituciones nacionales, particularmente a las Fuerzas
Armadas, y adoctrine a nuestros hijos con ideologías comunistas.Prefirieron echar al olvido los muertos, los presos políticos, los
exilados, los 20 mil empleados injustamente despedidos de PDVSA, y las esperanzas de millones de venezolanos que confiaron en las promesas vacías de Rosales.
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