segunda-feira, julho 25, 2005

Mas un artículo de Atlas Argentina: "El día en que Robind Hood rescató a Pampita"

Novamente, repasso um excelente artigo publicado no site da Atlas.Org Argentina.


El día en que Robind Hood rescató a Pampita


Por Martín Simonetta

Director Ejecutivo de la Fundación Atlas



En los últimos días, la supuesta evasión impositiva de algunas modelos ocupó a los noticieros y programas de televisión más vistos de la Argentina. Estas personas exitosas y productivas fueron mostradas casi como "criminales sociales" en estos medios de comunicación.


Esta clara señal de disuasión a la sociedad respecto del pago de impuestos, se complementó en la provincia de Buenos Aires con la anunciada y suspendida cacería de contribuyentes en los albergues transitorios, bajo el dudoso supuesto teórico que "quienes hacen trampa al fisco también lo hacen con sus cónyuges".


Por lo general, las cruzadas recaudatorias apelan a nobles valores y a una retórica heórica, legitimando su accionar bajo el sagrado principio de quitarle a los perversos ricos para darle a los pobres. Robin Hood, en su malversada interpretación latinoamericana, representa la personificación de este principio, aunque su historia real es diametralmente opuesta.


Hood no era un Che Guevara británico sino un protector de los contribuyentes, arriesgando su vida para quitarle dinero al siempre voraz rey y devolvérselo a los indefensos ciudadanos.


Esta historia es sumamente representativa de una importante porción de la cultura y evolución institucional de los países anglosajones que tiene que ver con la limitación del poder arbitrario de los reyes, luego de los gobernantes. Y, como bien sabemos, sin limitación del poder económico del gobierno es imposible hablar de preservación de las libertades de las personas. A la corta o a la larga, el abuso es inexorable.


La historia de Inglaterra y de los Estados Unidos es abundante en "tax revolts" (revueltas por cuestiones impositivas) a un punto tal que la independencia de este último país se desató como consecuencia del aumento de los impuestos al té por parte de Gran Bretaña, bajo el lema "No taxation without representation" (No más impuestos a las colonias sin representación parlamentaria). Pero la historia es mucho más rica que este caso, en este sentido, Charles Adams, académico asociado al Cato Institute de Washington, D.C., hace una interesante síntesis en su libro "Those Dirty Rotten Taxes: The Tax Revolts that Built America" (Esos sucios y podridos impuestos: Las revueltas impositivas que construyeron a los Estados Unidos).


La experiencia humana demuestra que la diferencia ente súbdito y ciudadano ha tenido en mucho que ver con la limitación de las exacciones del rey, luego del gobierno, a la población.


En sociedades no civilizadas, el divorcio entre impuestos y servicio provistos por los diferentes niveles de gobierno es la regla, así como un sistema de distribución que aleja al ciudadano del control de su dinero y que obliga al gobierno a rendir cuentas por los resultados en los servicios para los que cobra impuestos a los ciudadanos. Lo contrario sucede en las civilizadas.


Los países que han crecido económicamente y han logrado la eliminación de la pobreza han necesitado inexorablemente del éxito de sus habitantes, como es el caso de las perseguidas modelos.


Si atacamos el éxito, simplemente espantaremos a los exitosos o los llevaremos a desarrollarse subterráneamente como pequeños Robin Hoods luchando por la supervivencia, condenando a una perpetua y creciente pobreza a la mitad de los argentinos que aún viven en la pobreza y la indigencia.


Fuente: www.atlas.org.ar



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